Hoy te volví a sentir...

Hoy salió por fin el sol, llevaba dos días ya sin verlo y ya lo echaba de menos, es lo que tiene el invierno, en el interior los inviernos son tristes, fríos, melancólicos, pero en el fondo estoy lleno de vida, ayer vi de nuevo como los copos de nieve se estrellaban contra los árboles de mi ventana pero era tan bonito como triste por que me di cuenta que una vez llegados a las hojas de esos árboles desaparecían ya no eran copos de nieve ya solo eran parte de la masa de nieve que se concentraba en las ramas del árbol. Hoy ya no queda ni rastro de esos copos solo queda el árbol como único recuerdo

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Hoy estuve recorriendo los sitios donde pase los mejores momentos de mi vida, volví a los sitios que contemplábamos juntos, a los lugares donde dejábamos volar nuestra imaginación y veíamos un futuro que por desgracia los dos sabíamos que era imposible pero nadie nos podía arrebatar esos sueños, ni médicos, ni estudios, ni análisis de sangre, ni pruebas y mas pruebas nada podría con nosotros y así es han pasado muchos años desde aquellos tiempos y todavía nadie ha podido con nosotros. Pues bien os contare una historia....

Hoy me levante con ganas de recordar pero no para ponerme triste ni mucho menos, solamente quería recordar que debemos de aprovechar el momento, las oportunidades, “carpe diem”

Cogí mi mochila y la cámara de fotos y marche a ver los sitios donde encontré la felicidad en tiempos pasados. Cogí el coche y lo primero que visite fueron como nosotros las llamábamos “las antenas” que era un lugar especial, este sitio era difícil de encontrar ya que después de recorrer varios kilómetros por caminos semi-abandonados y pasar por varios puentes que todavía aguantan el paso de los años empieza el ascenso a la montaña solamente son 3 kilómetros de ascenso pero la pendiente es tan pronunciada que poca gente se atrevería a subir por ella, pero después de los nervios del ascenso llega la calma. Cuando estas en la cima de aquella montaña te sientes libre, desde ella se divisa todo el valle, estas solo, completamente solo en la cima de la colina con la única compañía de aquellas antenas de telefonía y alguna nube que se osa a bajar de los cielos para apreciar esas maravillosas vistas del valle del jalón. Recuerdo muchos momentos que he pasado en ese lugar, grandes confesiones que nos hicimos en aquella colina, aquel era nuestro rincón de los secretos pero secretos que podíamos gritarnos el uno al otro sin que nadie nos escuchara y pensara que estábamos locos, recuerdo que nos costo mucho traer a otras personas a esa colina por que la queríamos solamente para nosotros. Los primeros afortunados a los que les enseñamos nuestro secreto de “las antenas” fue a rafa y Alfonso ellos sabían casi todo de nosotros y por ello conocieron nuestro refugio del mundo, si recuerdo como me decías que aquel lugar era tu refugio de cómo tu los llamabas “ la masa de pesados” esa masa de gente, amigos familia que muchas veces sin mala intención te sobrepasaban con preguntas y con ánimos que como tu bien decías no los querías solo querías que te trataran como siempre lo habían echo no querías que te agobiaran con tantas preguntas y con tantas palabras de animo que al final lo único que conseguían era que te agobiaras, pero si te digo lo verdad me alegra que tuvieras tanta gente a tu alrededor, por que cuando estabas en esa situación, solo con una mirada o con un gesto entre nosotros yo lo entendía a la perfección y siempre me inventaba alguna excusa absurda para salvarte de ellos y llevarte a nuestro refugio que para todo el mundo eran “las antenas” pero que nosotros rebautizamos “ el refugio de las palabras”

en ningún lugar nos atrevíamos a decir lo que allí nos decíamos, allí teníamos la sensación de que nosotros éramos libres nos dijimos cosas muy lindas y llenas de sentimientos. Pero hoy aquí sentado en las rocas, que a pesar de los años continúan guardando nuestros secretos volví a hablar con ellas (jajaja) si era algo extraño pero que cuando no sabíamos como decirnos algo simplemente nos dábamos la espalda y se lo decíamos a las rocas. Y hoy hablando con ellas pero sin vos rozándome la espalda me recordaron una de las muchas conversaciones que tuviste con ellas y conmigo rozándote la espalda. A mi jamás se me olvido esa conversación en la que les decías a las rocas que te marchabas, que marchabas a Dublín a seguir tu tratamiento de quimio y radioterapia, dios!!! Las rocas no sintieron nada pero yo pase en un segundo de la felicidad a la desesperación, vos le dijiste a las rocas que no querías cambiar la vida a nadie ni hacer sufrir a mas personas que las necesarias, le dijiste a las rocas que deberías de marchar a Dublín soltera y así seria mas fácil para todos, pero recuerdo... recuerdo que sin verte los ojos sabia que empezaste a llorar, yo ya no entendía nada, al principio pensé que me habías dejado de querer, pero me di cuenta que estaba equivocado vos como siempre pensando en los demás pensando en que yo me quedaría aquí y vos a 20.000 kilómetros y eso no funcionaria y la verdad tenias razón nuestra relación no podría ser a distancia. Antes de que vos terminaras de hablar con las rocas yo me separe de tu espalda y después de varios minutos, minutos que fueron eternos en mi cabeza pasaron miles y miles de ideas en mi cabeza pero todas me encaminaban a tu lado, en ese momento no te lo dije pero tenia muy claro que si vos marchabas yo iría con vos a Dublín, a china o a Moscú pero nada me separaría de vos. Se que éramos muy jóvenes y la gente no entendería mi decisión pero lo único que tenia claro era que no podría dejarte sola. Pero simplemente cogí tus manos y te pedi que me lo dijeras a la cara, mirándome a los ojos y entonces dejaría que vos marcharas a donde quisieras pero no fuiste capaz lo único que salió de tus labios fue el “te quiero” mas bonito y con mas sentimiento que me dijeron en la vida. Y desde ese momento supe que vos jamás estarías sola fueras donde fueras me tendrías a tu lado para toda la vida.

Y si, allí estaba yo en “el refugio de las palabras” después de tantos años que han pasado aki estoy hablando con las rocas y sintiéndote en mi espalda.