Había una vez una niña. Muy bonita. Y por las noches, al irse a la cama, siempre reclamaba un cuento de su padre. Su padre se quedó un día sin cuentos, y entonces tuvo que inventarse uno.
Se trataba de una estrellita. Una estrellita muy pequeña. Tan pequeña, pequeñita, que las demás no la veían, La empujaban, la pisaban, y la tiraban al suelo. Ni siquiera se disculpaban.
Tuvo esta entonces que volver a ver al sol. Y éste decidió entonces dar luz a las estrellas. En principio funcionó. Pero era tan pequeña la luz de la estrellita, que seguían empujando, pisando y tirándola. Así que una vez más se acercó la estrellita a ver al sol. Entonces, el sol decidió que todas las estrellas quedaran quietas.
Todas menos la estrellita. Y desde entonces, la estrellita ya nunca más volvió a ser empujada, pisada ni tirada. Ahora, cuando mires al cielo y veas una estrella fugaz, sabrás que es la estrellita ya crecida, paseando por el cielo. Y cuando la veas, quiero que sepas que tiene un nombre. Quiero que sepas que se llama detayace.
Os quiero a todos.
colaboracion ailema
2 comentarios:
SABES QUE NO SOY OBJETIVA,PERO ME ENCANTA ESTE CUENTO,Y LO QUE MAS ME GUSTA ES EL AMOR QUE ENTRAÑA.GRACIAS POR PONERLO AQUI,QUE TODOS LO DISFRUTEN Y BUSQUEN ESA ESTRELLA EN SUS VIDAS.
TE QUIERO SOR,TU AMIGA ALEGRIA.
me ha gustadu eso muxo...esta historia... pero me suena cantidad...
Tiko eres una gran persona... no hase falta q lo diga porke to el mundo lo ve...
StKsk muaxxxxxx
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